Síntomas de falla de TPLO
Identifica los síntomas de falla de TPLO en perros. Conoce señales de alerta, causas comunes y cuándo consultar al veterinario para prevenir complicaciones

Osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO) Es una cirugía que se utiliza para tratar lesiones del ligamento cruzado craneal (LCC) en perros. En lugar de reemplazar el ligamento dañado, la TPLO modifica la mecánica de la rodilla cortando y rotando la tibia para estabilizar la articulación. Este procedimiento mejora considerablemente la movilidad y reduce el dolor, lo que lo convierte en uno de los tratamientos más eficaces para las lesiones del LCC.
Si bien la TPLO suele ser exitosa, pueden surgir complicaciones. Los problemas pueden surgir por errores quirúrgicos, problemas con los implantes, infecciones o cuidados postoperatorios inadecuados. Estos problemas pueden causar dolor intenso, cojera y movilidad reducida, lo que requiere atención inmediata.
Reconocer los síntomas de la insuficiencia de TPLO a tiempo es crucial. Los dueños de mascotas y los veterinarios deben supervisar de cerca la recuperación para detectar signos de complicaciones. Identificar los problemas a tiempo puede prevenir daños mayores, mejorar los resultados del tratamiento y, en ocasiones, evitar la necesidad de cirugía correctiva. Estar atento garantiza una mejor calidad de vida para el perro.
Señales de alerta temprana de falla de TPLO
Reconocer los síntomas tempranos de la insuficiencia de la TPLO es crucial para una intervención oportuna. Si bien una leve molestia e inflamación son normales durante el período de recuperación inicial, la persistencia o el empeoramiento de los síntomas pueden indicar complicaciones.
Cojera persistente
Cojera leve Se espera que se produzcan síntomas durante las primeras semanas posteriores a la cirugía de TPLO. La mayoría de los perros muestran una mejoría significativa en un plazo de 8 a 12 semanas. Sin embargo, si la cojera persiste más allá de este período o empeora, podría indicar una mala consolidación ósea, un fallo del implante o una infección subyacente.
Los signos de preocupación incluyen que el perro se incline hacia la otra pata, tenga dificultad para soportar peso o una regresión repentina de la movilidad. Si la pata no parece sanar como se espera o no hay una mejoría gradual, es necesaria una evaluación veterinaria adicional. Las radiografías pueden ayudar a determinar si el hueso está sanando correctamente o si existen complicaciones.
Leer más sobre: Causas comunes de cojera en perros después de una cirugía de TPLO
Dolor durante el movimiento o renuencia a usar la pierna afectada
Es normal sentir algunas molestias después de la cirugía, pero el dolor persistente al caminar, subir escaleras o ponerse de pie puede indicar un problema. Si un perro evita usar la pata semanas después de la cirugía o muestra vacilación al moverse, podría deberse a irritación del implante, mala consolidación ósea o inflamación. El dolor al tocar la pata, la vocalización o la marcha rígida son señales de alerta.
Un perro que inicialmente mejora pero luego presenta mayor dolor necesita una evaluación urgente. Un veterinario puede realizar... imágenes y exámenes físicos para verificar si hay aflojamiento del implante, infecciones articulares o complicaciones de tejidos blandos que afecten la recuperación.
Hinchazón alrededor del sitio quirúrgico
Se espera una leve inflamación durante unos días después de la operación, pero debería disminuir gradualmente. Si la inflamación persiste, empeora o se vuelve firme y dolorosa, podría indicar una complicación. Una inflamación excesiva podría deberse a irritación del implante, acumulación de líquido o infección. Si la zona se siente caliente o si la inflamación se acompaña de cojera, se requiere atención veterinaria inmediata.
A romano La acumulación de líquido puede requerir drenaje, mientras que la inflamación grave relacionada con una infección o el rechazo del implante puede requerir intervención médica o cirugía de revisión. La monitorización diaria del sitio quirúrgico ayuda a detectar la inflamación anormal antes de que provoque problemas más graves.
Signos de infección (enrojecimiento, secreción, calor)
Infecciones posquirúrgicas Pueden ocurrir alrededor de la incisión o en lo profundo de la articulación, aunque son menos comunes cuando Lavado Simini Protect Se utiliza para reducir la contaminación bacteriana durante la cirugía. Sin embargo, pueden desarrollarse infecciones debido al cuidado inadecuado de la herida, problemas de respuesta inmunitaria o complicaciones relacionadas con los implantes.
Los primeros síntomas incluyen enrojecimiento, hinchazón, calor y secreción en la zona de la incisión. El mal olor, el aumento del dolor o el lamido excesivo también son preocupantes. Si no se tratan, las infecciones pueden propagarse, provocando inestabilidad del implante, fiebre, letargo y pérdida de apetito. En casos graves, la infección puede requerir la extracción del implante e intervención quirúrgica.
El tratamiento antibiótico oportuno es esencial para controlar la proliferación bacteriana. El control regular de las heridas, una higiene adecuada y la atención veterinaria temprana ayudan a prevenir la progresión de infecciones menores.
Fallas estructurales y mecánicas
Estas complicaciones indican que la reparación quirúrgica no está funcionando correctamente, lo que provoca inestabilidad y dolor persistentes. A diferencia de las molestias postoperatorias tempranas, las fallas estructurales pueden causar problemas de movilidad a largo plazo y requerir cirugía correctiva.
Inestabilidad recurrente de la articulación de la rodilla
Tras la TPLO, la articulación de la rodilla debería estar estable gracias a la nueva alineación tibial. Sin embargo, si un perro presenta dificultad para caminar, tambaleo o marcha inestable, podría indicar una consolidación ósea fallida o problemas con el implante. La inestabilidad puede deberse a una fusión incorrecta de la tibia cortada, tornillos flojos o tensión excesiva en la articulación.
Un perro puede cambiar de peso con frecuencia o mostrar reticencia a moverse, lo que indica una falla mecánica. Las radiografías y los exámenes físicos ayudan a confirmar si la articulación es inestable. Si no se trata, la inestabilidad puede provocar artritis grave, dolor crónico y movilidad reducida, por lo que la intervención temprana es crucial.
Lesión o desgarro de menisco
daño meniscal Es una complicación común tras la cirugía de TPLO, ya que este cartílago ayuda a amortiguar la articulación de la rodilla. Un desgarro de menisco puede ocurrir debido a una mecánica inadecuada de la rodilla o a una inestabilidad residual. Los síntomas incluyen la reaparición repentina de la cojera, dificultad para soportar peso o un chasquido o crujido al mover la rodilla.
Los perros pueden aullar al estar de pie o caminar y pueden volverse más inactivos debido al dolor. Un menisco roto puede requerir extirpación o reparación quirúrgica para restaurar su función. Sin tratamiento, la afección puede empeorar, provocando molestias crónicas y deterioro articular a largo plazo.
Desgarro de menisco postoperatorio
Un desgarro de menisco puede ocurrir durante la cirugía (desgarro primario) o desarrollarse posteriormente debido a la inestabilidad de la rodilla (desgarro secundario). Un desgarro de menisco secundario es especialmente preocupante, ya que suele ocurrir semanas o meses después del procedimiento inicial. Esto provoca dolor inmediato, cojera y reticencia a moverse.
Los perros con una rotura reciente de menisco pueden experimentar una regresión repentina en su recuperación, negándose a apoyar la pata a pesar de las mejoras previas. A menudo se requiere intervención quirúrgica para extirpar el cartílago dañado y recuperar la comodidad. Las revisiones postoperatorias regulares ayudan a detectar problemas de menisco antes de que se agraven.
Aflojamiento, flexión o rotura del implante
Los implantes TPLO, incluyendo placas y tornillos, deben permanecer fijos para una correcta cicatrización. Si un implante se afloja, se dobla o se rompe, el hueso puede perder estabilidad, causando dolor y pérdida de movilidad. Los síntomas incluyen hinchazón, cojera, reticencia a usar la pierna o una sensación de chasquido en la articulación. El fallo del implante puede deberse a un cuidado postoperatorio inadecuado, actividad excesiva o debilidad ósea subyacente.
Los perros con sobrepeso y aquellos que reanudan la actividad demasiado pronto tienen mayor riesgo. Se requieren radiografías para confirmar el daño del implante. Los casos graves pueden requerir una cirugía de revisión para reemplazar o fijar los implantes y restaurar la estabilidad de la rodilla.
Síntomas avanzados de falla de TPLO
Estos síntomas indican complicaciones graves que requieren intervención médica. Si la insuficiencia de TPLO progresa, el perro puede experimentar dolor crónico, pérdida de función o daño articular permanente. La detección temprana es clave para prevenir problemas irreversibles.
Retraso en la consolidación ósea o falta de unión
La consolidación ósea después de una TPLO suele tardar entre 8 y 12 semanas. Sin embargo, algunos perros experimentan un retraso en la consolidación o falta de unión, donde el hueso no se fusiona correctamente. Las causas incluyen mala nutrición, movimiento excesivo, infecciones o una posición incorrecta de la placa.
Perros con falta de unión Puede presentar cojera persistente, dolor o inflamación en la zona quirúrgica. Las radiografías pueden confirmar si el hueso está sanando correctamente. La falta de unión requiere intervención, como ajustar el nivel de actividad, mejorar la dieta o, en casos graves, una cirugía de revisión. Si no se trata, puede provocar inestabilidad crónica y un mayor riesgo de fracaso del implante.
Atrofia muscular alrededor del muslo
Atrofia muscular Ocurre cuando un perro evita usar la pata afectada, lo que provoca una pérdida muscular gradual en el muslo. Una atrofia leve es normal después de la cirugía, pero debería mejorar con la rehabilitación. Sin embargo, la pérdida muscular progresiva sugiere problemas de movilidad a largo plazo, una cicatrización inadecuada o dolor persistente. Los perros con atrofia severa pueden tener dificultades para mantener el equilibrio, fatigarse rápidamente o depender en gran medida de la otra pata.
La fisioterapia, el ejercicio controlado y el manejo del dolor ayudan a recuperar la fuerza muscular. Si no se trata, la atrofia muscular puede dificultar la recuperación y reducir la función general de las extremidades, lo que provoca debilidad permanente.
Problemas de movilidad recurrentes o persistentes
La mayoría de los perros recuperan una función casi normal a los pocos meses de la TPLO. Sin embargo, si los problemas de movilidad persisten después de este período, podría indicar un fallo del implante, artritis o inestabilidad articular. Algunos perros pueden continuar cojeando, tener dificultad para subir escaleras o dudar al correr y saltar. La disfunción persistente sugiere que la TPLO no corrigió completamente la mecánica de la rodilla, lo que provoca molestias a largo plazo.
Inestabilidad crónica También puede causar problemas articulares secundarios. Se requiere una evaluación veterinaria, que incluye radiografías y exámenes ortopédicos, para determinar si se requiere tratamiento adicional o cirugía de revisión. Sin intervención, la movilidad puede disminuir aún más, afectando la calidad de vida.
Signos de falla del implante (desde molestias leves hasta dolor agudo)
El fallo del implante puede variar desde una leve molestia hasta un dolor intenso. Los primeros signos incluyen cojera persistente, hinchazón y dificultad para soportar peso. Si un implante se afloja o se rompe, los síntomas pueden empeorar repentinamente, causando malestar agudo, negativa a moverse o vocalización al caminar. Los chasquidos o rechinamientos también pueden indicar inestabilidad del implante.
Los casos graves requieren atención veterinaria urgente, ya que el fallo del implante puede provocar fracturas óseas o infección. Las radiografías confirman la integridad del implante, y el tratamiento puede incluir el manejo del dolor, la restricción del movimiento o la revisión quirúrgica. La demora en la atención aumenta el riesgo de complicaciones, por lo que la detección temprana es crucial.
Posible necesidad de cirugía de revisión
La cirugía de revisión de TPLO es necesaria cuando el procedimiento original falla debido a una falta de unión, un fallo del implante o una inestabilidad crónica. Esto implica reemplazar implantes dañados, reposicionar el corte tibial o tratar infecciones. La cirugía de revisión suele ser más compleja que el procedimiento inicial y requiere un manejo postoperatorio estricto.
La recuperación puede tardar más, pero una revisión exitosa puede restaurar la estabilidad de la rodilla y mejorar su función. Si no se trata, la insuficiencia de TPLO puede provocar dolor crónico, artritis grave o pérdida de movilidad. Una evaluación veterinaria exhaustiva determina si la cirugía de revisión es la mejor opción para mejorar la calidad de vida del perro.
Cuándo consultar a un veterinario
Los dueños de mascotas deben comunicarse con un veterinario si su perro muestra signos de empeoramiento del dolor, cojera persistente más allá de las 12 semanas o regresión repentina en la movilidad después de una mejora inicial.
Otros síntomas preocupantes incluyen hinchazón persistente, enrojecimiento o supuración en la zona quirúrgica, dificultad para soportar peso o signos de infección como fiebre y letargo. Cualquier chasquido o rechinamiento en la rodilla puede indicar daño meniscal o inestabilidad del implante, lo que requiere atención inmediata.
Para confirmar la falla de TPLO, Los veterinarios utilizan pruebas de diagnóstico como rayos X para evaluar la curación ósea y la posición del implante,tomografías computarizadas para obtener imágenes detalladas de la estructura de la rodilla y análisis del líquido articular Para detectar infecciones o inflamación. En casos graves, podrían necesitarse pruebas adicionales para evaluar el daño a los tejidos blandos.
La intervención veterinaria temprana puede prevenir complicaciones adicionales, reduciendo la necesidad de una cirugía de revisión compleja y garantizando un mejor resultado a largo plazo para el perro.
Prevención de fallos de TPLO
Adecuado cuidados postoperatorios Es esencial para prevenir la insuficiencia de la TPLO y asegurar una recuperación sin complicaciones. La restricción estricta de la actividad es crucial durante las primeras 8 a 12 semanas; los perros deben evitar correr, saltar o subir escaleras. Una rodillera puede proporcionar soporte articular adicional, especialmente en perros muy activos. La fisioterapia ayuda a recuperar la fuerza y la movilidad, a la vez que minimiza el riesgo de complicaciones.
Para promover una correcta cicatrización, una dieta rica en nutrientes con proteínas, calcio y suplementos articulares adecuados (como la glucosamina) favorece la reparación ósea. Las visitas veterinarias de seguimiento periódicas permiten realizar radiografías para confirmar la fusión ósea y la estabilidad del implante.
Reconociendo señales de alerta tempranas—como cojera persistente, hinchazón o signos de infección— pueden prevenir complicaciones graves. Los dueños de mascotas deben revisar la zona de la incisión a diario e informar cualquier síntoma inusual.
Siguiendo las pautas posoperatorias y abordando las inquietudes rápidamente, se puede reducir significativamente el riesgo de falla de la TPLO, lo que conduce a una recuperación exitosa y una estabilidad articular a largo plazo.
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Conclusión
La cirugía de TPLO suele ser exitosa, pero puede haber fracasos debido a una cicatrización inadecuada, problemas con el implante o complicaciones postoperatorias. Los síntomas principales de un fracaso de la TPLO incluyen:
- cojera persistente
- hinchazón
- dolor durante el movimiento
- inestabilidad articular
- signos de infección
Problemas estructurales como Aflojamiento del implante, desgarros de meniscos o retraso en la consolidación ósea puede obstaculizar aún más la recuperación.
La detección temprana es crucial: atender las señales de alerta con rapidez puede prevenir complicaciones graves y reducir la necesidad de cirugía adicional. Las revisiones veterinarias regulares, el diagnóstico por imagen y la monitorización minuciosa de la movilidad ayudan a detectar problemas antes de que empeoren.
El estricto cumplimiento de los cuidados postoperatorios es esencial para prevenir el fracaso de la TPLO. Los dueños de mascotas deben limitar la actividad, asegurar una nutrición adecuada y seguir los planes de rehabilitación recomendados por su veterinario. Al reconocer los síntomas a tiempo y seguir las pautas de recuperación, los dueños de mascotas pueden mejorar las probabilidades de que su perro tenga una TPLO exitosa y movilidad a largo plazo.
Preguntas frecuentes
¿Qué pasa si la TPLO falla en los perros?
Si la TPLO falla, la pata afectada puede quedar inestable, lo que provoca dolor crónico, cojera persistente y artritis. La articulación de la rodilla puede no consolidarse correctamente, lo que dificulta el movimiento. En casos graves, la falla del implante o la falta de unión ósea pueden requerir una cirugía de revisión para corregir el problema. Si no se trata, la falla de la TPLO puede afectar significativamente la movilidad y la calidad de vida general del perro.
¿Qué porcentaje de cirugías TPLO fracasan?
La TPLO tiene una alta tasa de éxito, con una recuperación satisfactoria de más del 90-95 % de los perros. Sin embargo, puede fallar en un 5-10 % de los casos debido a infecciones, aflojamiento del implante, lesiones de menisco o retraso en la consolidación ósea. Factores como el cuidado postoperatorio inadecuado, el exceso de actividad o afecciones de salud subyacentes aumentan el riesgo. La detección temprana y el manejo adecuado de la recuperación pueden reducir las complicaciones y mejorar los resultados quirúrgicos.
¿Cómo saber si la cirugía del ligamento cruzado anterior (LCA) de un perro falló?
Los signos de insuficiencia de la TPLO incluyen cojera persistente, hinchazón, dolor y reticencia a usar la pata afectada más allá del período de recuperación previsto. Los chasquidos en la articulación, la rigidez excesiva o problemas visibles con el implante también pueden indicar insuficiencia. Si la condición del perro empeora en lugar de mejorar, un veterinario debe realizar radiografías o tomografías computarizadas para evaluar la curación y detectar complicaciones.
¿Por qué mi perro cojea 2 años después de la cirugía TPLO?
La cojera dos años después de la TPLO puede deberse a artritis, irritación del implante, daño meniscal o atrofia muscular. Algunos perros desarrollan tejido cicatricial o problemas articulares secundarios que causan molestias. Si la cojera es repentina, podría indicar una rotura tardía del menisco o un problema con el implante. Un examen veterinario, que incluye imágenes, puede determinar la causa y orientar el tratamiento adecuado, como el manejo del dolor o una cirugía de revisión.
¿Cómo se ve un TPLO fallido?
Una TPLO fallida suele presentarse con dolor persistente, inestabilidad articular, hinchazón o dificultad para soportar peso sobre la pata afectada. Los perros pueden presentar cojera progresiva, reticencia a moverse o chasquidos articulares audibles. Los casos graves pueden presentar aflojamiento del implante, infección o falta de unión ósea, lo cual puede confirmarse mediante radiografías o tomografías computarizadas. La intervención temprana es crucial para prevenir el agravamiento de las complicaciones.
¿Se puede rehacer la cirugía TPLO?
Sí, se puede realizar una cirugía de revisión de TPLO si el procedimiento inicial falla. Esto puede implicar la extracción o el reemplazo de implantes, la reubicación del corte tibial o el tratamiento de infecciones. La cirugía de revisión suele ser más compleja y requiere cuidados postoperatorios estrictos. En algunos casos, se pueden considerar tratamientos alternativos, como rodilleras personalizadas o procedimientos de fusión articular, si la TPLO no se puede rehacer con éxito.
¿Cuál es la alternativa al TPLO en los perros?
Las alternativas a la TPLO incluyen la estabilización con sutura lateral (reparación extracapsular), el avance de la tuberosidad tibial (TTA) y la CBLO (osteotomía de nivelación basada en Cora). Estos procedimientos también estabilizan la rodilla, pero pueden ser más adecuados para perros pequeños o casos específicos. Las opciones no quirúrgicas, como las ortesis personalizadas, el control de peso y la fisioterapia, pueden ser útiles en casos leves o inoperables, aunque no proporcionan el mismo nivel de estabilidad que la TPLO.
¿Cuánto tiempo puede estar un perro sin cirugía TPLO?
Los perros con un desgarro del ligamento cruzado anterior (LCC) pueden sobrevivir sin TPLO, pero las lesiones de ligamentos sin tratamiento provocan dolor crónico, artritis y deterioro articular. Algunos perros pequeños o inactivos pueden adaptarse con aparatos ortopédicos, control de peso y manejo del dolor, pero los perros más grandes y activos suelen requerir cirugía para lograr estabilidad a largo plazo. Sin intervención, el daño articular progresivo puede afectar gravemente la movilidad, dificultando o haciendo doloroso caminar con el tiempo.
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