15 complicaciones comunes tras la cirugía de TPLO en perros
Conoce las 15 complicaciones más comunes después de la cirugía TPLO en perros. Señales de alerta, prevención y cuándo acudir al veterinario

TPLO (osteotomía de nivelación de la meseta tibial) Es una cirugía común para tratar lesiones del ligamento cruzado craneal (LCC) en perros. Consiste en cortar y reposicionar la tibia para estabilizar la articulación de la rodilla, reduciendo así la necesidad de intervenir el ligamento dañado. Si bien la TPLO tiene una alta tasa de éxito, pueden presentarse complicaciones incluso con una técnica quirúrgica adecuada.
Pueden surgir complicaciones debido a factores como la edad, el peso, la salud general del perro y el seguimiento adecuado de las pautas de cuidados postoperatorios. Los perros mayores o con sobrepeso tienen mayor riesgo de retraso en la cicatrización y fallo del implante debido a la mayor tensión en la articulación. El descanso inadecuado, la actividad precoz o las infecciones también pueden causar contratiempos.
Incluso con una consolidación ósea precisa, algunos perros pueden experimentar hinchazón, cojera o problemas relacionados con los implantes. Conocer estos riesgos ayuda a garantizar una intervención oportuna y una recuperación óptima. Un seguimiento adecuado, una actividad limitada y evaluaciones de seguimiento son cruciales para reducir las complicaciones posquirúrgicas.
TL;DR: Posibles complicaciones después de la cirugía de TPLO
- Complicaciones inmediatas: Infección, hemorragia, aflojamiento del implante, hinchazón excesiva o extracción prematura de la sutura.
- Complicaciones a medio plazo: Retraso en la cicatrización ósea, formación de seroma, daño a los nervios, fracturas de la tuberosidad tibial.
- Complicaciones a largo plazo: Luxación patelar, artritis, lesiones meniscales, cojera persistente, engrosamiento del ligamento rotuliano.
- Complicaciones graves: Osteomielitis (infección ósea), falla del implante, dolor crónico o falta de unión del hueso.
Complicaciones posquirúrgicas inmediatas (primeros días o semanas después de la cirugía)
En los primeros días tras la cirugía de TPLO, los perros corren el riesgo de sufrir complicaciones que pueden retrasar la cicatrización y causar molestias. Un seguimiento minucioso y una intervención temprana son cruciales para garantizar una recuperación sin contratiempos.
1. Infección en el sitio quirúrgico
Infección Es una de las complicaciones tempranas más comunes tras la cirugía de TPLO. Puede ocurrir si entran bacterias en el sitio quirúrgico, lo que retrasa la cicatrización y podría afectar el implante.
Signos de infección Los síntomas incluyen enrojecimiento, hinchazón, calor alrededor de la incisión, secreción purulenta, olor desagradable y aumento del dolor o la sensibilidad. Algunos perros también pueden presentar fiebre o mostrar signos de malestar, como lamido excesivo o reticencia a apoyar la pata afectada.
Causas Las causas de infección incluyen la mala higiene, la contaminación durante o después de la cirugía, el lamido excesivo de la incisión y el cuidado inadecuado de la herida. Los perros que lamen o muerden sus puntos introducen bacterias, lo que aumenta el riesgo de infección. Factores ambientales, como una cama sucia, también pueden favorecer la proliferación bacteriana.
Opciones de tratamiento Depende de la gravedad de la infección. Los casos leves pueden tratarse con antibióticos orales y limpieza regular de la herida con una solución antiséptica. Las infecciones más graves, especialmente las que afectan los tejidos profundos o el implante, requieren atención veterinaria.
Esto puede incluir análisis de cultivo para identificar las bacterias y, en casos excepcionales, la extirpación quirúrgica del tejido infectado. Las medidas preventivas, como el uso de un collar isabelino (collar isabelino) y el cuidado adecuado de la herida, son esenciales para reducir el riesgo de infección.
2. Infección ósea (osteomielitis)
Osteomielitis Es una infección ósea grave que afecta el tejido óseo más profundo y puede comprometer el implante TPLO. A diferencia de las infecciones superficiales, la osteomielitis puede causar inflamación prolongada, daño óseo y fallo del implante.
Síntomas Los síntomas incluyen hinchazón persistente, aumento del dolor, fiebre, pus que supura de la incisión y cicatrización lenta. Los perros afectados pueden cansarse y no querer usar la pata operada. En casos crónicos, la infección puede propagarse, causando una enfermedad más generalizada.
Factores de riesgo Entre las posibles causas se incluyen la contaminación durante la cirugía, bacterias de una herida infectada o infecciones relacionadas con el implante. Los perros con sistemas inmunitarios débiles o que se encuentran en entornos sucios después de la cirugía tienen mayor riesgo.
Tratamiento Implica una terapia antibiótica fuerte, a menudo basada en los resultados de un cultivo bacteriano. En casos graves, puede ser necesaria una cirugía para extirpar el tejido óseo infectado. Si el implante está afectado, podría ser necesario retirarlo y reemplazarlo una vez controlada la infección. La detección temprana y una higiene estricta son clave para prevenir la osteomielitis.
3. Problemas con los implantes (aflojamiento, rotura o fallo)
Las complicaciones de los implantes ocurren cuando la placa o los tornillos TPLO no funcionan correctamente, lo que provoca inestabilidad en la articulación de la rodilla. Estos problemas pueden deberse a un exceso de movimiento, una mala colocación del implante o infecciones que debilitan la conexión ósea.
Signos de fallo del implante Incluyen cojera persistente, dolor, inflamación alrededor del implante y chasquidos o rechinamientos inusuales en la articulación. En casos graves, el implante puede desplazarse, provocando una desalineación ósea. Los perros que cojean repentinamente después de la cirugía deben ser examinados de inmediato.
Causas Entre las causas principales se incluyen el exceso de actividad después de la cirugía, la consolidación ósea inadecuada y la tensión mecánica sobre el implante. Las infecciones también pueden debilitar el hueso y los tornillos, aumentando la probabilidad de fracaso. Los perros con sobrepeso tienen mayor riesgo debido a la mayor presión sobre la articulación.
Posibles acciones correctivas Depende de la gravedad del problema. Un aflojamiento leve puede controlarse con actividad limitada, mientras que los casos graves podrían requerir una cirugía de revisión para reemplazar o reposicionar el implante. Si hay una infección, podría ser necesario extraer el implante y administrar un tratamiento con antibióticos antes de colocar uno nuevo.
4. Retirada prematura de suturas por parte del perro
Los perros suelen lamer o morder las suturas por incomodidad, irritación o aburrimiento. Sin embargo, retirar los puntos demasiado pronto puede reabrir la zona quirúrgica, exponiendo los tejidos a infecciones y retrasando la cicatrización.
Consecuencias Las posibles consecuencias de retirar las suturas incluyen la reapertura de la herida, un mayor riesgo de infección y una cicatrización excesiva. En casos graves, los tejidos expuestos pueden secarse o contaminarse, lo que requiere más cirugía. Si se alteran las suturas más profundas, la cicatrización puede retrasarse significativamente.
Medidas preventivas incluir el uso de un Collar isabelino (collar E) Para dejar de lamerse y morderse la lengua. Vendarse puede ayudar, pero debe hacerse con cuidado para evitar la acumulación de humedad, que puede favorecer la proliferación bacteriana. La supervisión es crucial, especialmente durante las dos primeras semanas después de la cirugía.
Proporcionar distracciones, como juguetes de rompecabezas o golosinas para masticar, puede ayudar a que los perros no se concentren en la incisión. Si se retiran los puntos demasiado pronto, un veterinario debe evaluar la herida de inmediato para decidir si es necesario volver a suturarla o brindarle cuidados adicionales.
5. Hemorragia durante o después de la cirugía
Hemorragia El sangrado excesivo puede ocurrir durante o después de la cirugía de TPLO debido a lesiones vasculares, trastornos de la coagulación o cuidados postoperatorios inadecuados. Si bien es normal que aparezcan algunos hematomas leves, el sangrado abundante es un problema grave que requiere atención inmediata.
Síntomas Los síntomas de una hemorragia posquirúrgica incluyen sangrado excesivo por la incisión, hinchazón o hematomas que empeoran con el tiempo, encías pálidas, taquicardia y letargo. En casos graves, la hemorragia interna puede causar hinchazón abdominal o dificultad para respirar.
Causas Entre las posibles causas de esta afección se incluyen traumatismos vasculares quirúrgicos, trastornos de la coagulación como la enfermedad de von Willebrand o tensión postoperatoria en la zona de la incisión. Ciertos medicamentos, como los AINE y los esteroides, también pueden afectar la capacidad de coagulación.
Cuándo buscar atención veterinaria de emergencia: Si el sangrado persiste durante más de unas horas, si la herida se vuelve a abrir o si el perro muestra signos de debilidad y encías pálidas, es crucial recibir atención veterinaria inmediata. El tratamiento puede incluir vendaje compresivo, fluidoterapia o intervención quirúrgica para controlar la hemorragia interna. Una acción rápida puede prevenir complicaciones potencialmente mortales y mejorar la recuperación.
Complicaciones de la curación a medio plazo (semanas a meses después de la cirugía)
A medida que avanza la fase inicial de curación, algunos perros pueden experimentar complicaciones que afecten la recuperación en las semanas posteriores a la cirugía. Es fundamental monitorear la inflamación persistente, el retraso en la curación o los problemas de movilidad para prevenir problemas a largo plazo.
6. Hinchazón y hematomas en el lugar de la incisión
Es normal que aparezca algo de hinchazón y hematomas después de la cirugía de TPLO como parte del proceso normal de curación. Una leve hinchazón alrededor de la incisión, junto con hematomas leves, suele desaparecer en dos semanas.
En cuanto a las señales Incluyen hinchazón que no desaparece o que empeora después del tiempo de recuperación esperado, decoloración extrema (moretones de color morado oscuro o negro), calor excesivo y aumento del dolor. Estos podrían indicar una infección, un hematoma (acumulación de sangre) o mala circulación.
Control de la hinchazón Requiere una acción temprana. La terapia de frío, como aplicar una compresa de hielo envuelta en una toalla durante 10 a 15 minutos varias veces al día durante las primeras 72 horas después de la cirugía, ayuda a reducir la inflamación. Después de este período inicial, se pueden usar compresas calientes para estimular la circulación. Los medicamentos antiinflamatorios, si son recetados por un veterinario, también pueden ayudar a reducir la hinchazón.
El reposo absoluto y evitar movimientos innecesarios ayudan a prevenir una mayor irritación. Si la inflamación empeora o no mejora, un veterinario debe revisar la zona de la incisión para descartar complicaciones como una infección o acumulación de líquido.
7. Formación de seroma (acumulación de líquido)
A romano Es una acumulación de líquido bajo la piel cerca del sitio quirúrgico. Puede ocurrir debido a un movimiento excesivo, un traumatismo quirúrgico o una irritación leve, lo que provoca fugas de los vasos sanguíneos y el tejido linfático. A diferencia de una infección, un seroma no suele ser doloroso y no presenta enrojecimiento ni secreción.
Es importante diferenciar entre una hinchazón normal y un seroma problemático.Una hinchazón pequeña, suave y flexible que no causa molestias suele ser un seroma inofensivo y puede desaparecer por sí sola. Sin embargo, si los seromas son grandes o no desaparecen, especialmente si crecen o se vuelven dolorosos, un veterinario debe revisarlos. Los signos de infección, como calor, enrojecimiento o pus, requieren atención inmediata.
Opciones de tratamiento Depende de la gravedad del seroma. Los seromas pequeños suelen tratarse mediante monitorización y terapia compresiva. Reducir el movimiento excesivo puede ayudar a disminuir la acumulación de líquido. Los seromas grandes podrían necesitar drenarse con una aguja estéril.
Si el líquido continúa acumulándose, se puede colocar un drenaje para detener la acumulación. Evitar el movimiento excesivo y garantizar un descanso adecuado después de la cirugía puede ayudar a reducir el riesgo de formación de seroma.
8. Daño nervioso que provoca entumecimiento de las extremidades
El daño a los nervios después de la cirugía de TPLO es poco común, pero puede ocurrir debido a la manipulación quirúrgica cerca de las vías nerviosas principales. nervio peroneo El nervio, que controla la función del pie y las extremidades inferiores, presenta mayor riesgo durante la cirugía tibial. En algunos casos, la inflamación posoperatoria también puede afectar temporalmente la función nerviosa.
Síntomas de daño nervioso Los síntomas incluyen arrastrar la pata (nudillos), disminución de la sensibilidad en la pata afectada, falta de respuesta al tacto o una forma inusual de caminar. Los perros pueden parecer incapaces de apoyar la pata correctamente en el suelo. En casos graves, pueden desarrollar atrofia muscular debido a la inactividad prolongada de la extremidad.
Pronóstico y recuperación Depende de la gravedad de la lesión nerviosa. La compresión nerviosa leve causada por la inflamación suele mejorar en cuestión de semanas a medida que disminuye la inflamación. La fisioterapia, los masajes suaves y los ejercicios de movimiento controlado pueden ayudar a la recuperación nerviosa.
El daño nervioso grave, como un nervio completamente seccionado, tiene un pronóstico más desfavorable y puede requerir dispositivos de asistencia o cirugía. La monitorización estrecha y la rehabilitación temprana mejoran las probabilidades de recuperación funcional.
9. Retraso en la consolidación ósea o falta de unión
Curación ósea después La cirugía TPLO suele tardar entre 8 y 12 semanas., pero a veces la curación es se retrasa o no se realiza correctamente (no unión). Varios factores pueden afectar la consolidación ósea, entre ellosmala nutrición, demasiada actividad, infección o colocación incorrecta del implante.
Signos de cicatrización tardía incluir prolongado cojeando Inflamación persistente alrededor del sitio quirúrgico y molestias que persisten más allá del tiempo estimado de recuperación. Las radiografías pueden mostrar una fusión ósea incompleta en el sitio de la osteotomía, lo que indica una cicatrización lenta. Si no se trata, la cicatrización tardía puede provocar el fracaso del implante o inestabilidad en la articulación de la rodilla.
Enfoques de tratamiento Concéntrese en estimular la regeneración ósea. Un veterinario puede sugerir suplementos de calcio y vitamina D para favorecer la salud ósea. Es fundamental restringir estrictamente la actividad para evitar el exceso de movimiento en la zona de curación. Si se sospecha una infección, se recetan antibióticos.
En casos graves, puede ser necesaria una cirugía adicional para reemplazar el material, realizar un injerto óseo o estimular la cicatrización con técnicas avanzadas como las proteínas osteoestimulantes. La intervención temprana aumenta las probabilidades de una recuperación completa y una adecuada estabilización articular.
10. Fracturas de la tuberosidad tibial
A fractura de la tuberosidad tibial Es un problema poco frecuente, pero grave, que puede presentarse después de la cirugía de TPLO. La tuberosidad tibial es la protuberancia ósea donde se inserta el tendón rotuliano, y un esfuerzo excesivo puede provocar su fractura, especialmente en perros grandes y activos o en aquellos que no reciben los cuidados adecuados después de la cirugía.
Síntomas Los síntomas de una fractura de la tuberosidad tibial incluyen dolor repentino, reticencia a apoyar el peso sobre la pata, inflamación localizada e inestabilidad de la articulación de la rodilla. Algunos perros pueden caminar de forma anormal o tener dificultad para extender la pata. Esta fractura generalmente se diagnostica mediante radiografías, que muestran una rotura cerca de la osteotomía de la tuberosidad tibial.
El tratamiento depende de la gravedad de la fractura. Las fracturas menores pueden consolidarse con reposo estricto, control del dolor y rehabilitación controlada. Los casos más graves requieren cirugía, que puede implicar la adición de tornillos o alambres para estabilizar la fractura.
Cuidados postoperatorios adecuados, incluyendo la limitación del movimiento y el control del peso, es crucial para prevenir las fracturas de la tuberosidad tibial. La detección temprana y el tratamiento adecuado mejoran la recuperación y ayudan a restablecer la función articular normal.
Complicaciones a largo plazo (meses a años después de la cirugía)
Si bien la mayoría de los perros se recuperan bien de la cirugía de TPLO, algunos pueden desarrollar complicaciones meses o incluso años después. Estos problemas a largo plazo pueden afectar la movilidad y la salud articular, lo que requiere control y atención veterinaria constantes.
11. Luxación patelar (dislocación de la rótula)
La cirugía TPLO cambia el funcionamiento de la rodilla, lo que a veces puede afectar la posición de la rótula (rótula) Si bien la TPLO estabiliza la articulación de la rodilla ajustando la meseta tibial, puede provocar inestabilidad rotuliana, especialmente en perros de razas pequeñas o con problemas de rodilla preexistentes.
Síntomas de luxación patelar Incluyen un paso saltón, en el que el perro levanta brevemente la pata antes de volver a caminar con normalidad. También puede presentarse dolor repentino, cojera ocasional o dificultad para apoyar el peso sobre la pata. Algunos perros pueden mostrarse reacios a saltar o realizar actividades de alto impacto.
Opciones de tratamiento Depende de la gravedad de la afección. Los casos leves se pueden controlar con fisioterapia, ejercicios para fortalecer los músculos y control de peso para reducir la tensión en la rodilla.
En casos graves, donde la rótula se disloca con frecuencia y causa molestias, puede ser necesaria una cirugía para realinear el surco rotuliano o tensar los tejidos blandos que rodean la rodilla. El seguimiento a largo plazo y el ejercicio controlado pueden ayudar a reducir el riesgo de mayor inestabilidad articular.
12. Engrosamiento o desmopatía del ligamento rotuliano
Después de la cirugía TPLO, la ligamento rotuliano (que conecta la rótula con la tibia) puede engrosarse debido al aumento de la tensión y a los cambios en el tejido a medida que sana. Esta afección, conocida como desmopatía, es una respuesta a la mecánica alterada de la rodilla y puede causar molestias o limitar la movilidad.
Cómo impacta la movilidad El engrosamiento de los ligamentos rotulianos puede provocar rigidez, reducción del rango de movimiento y, ocasionalmente, cojera. Los perros pueden tener dificultades para extender completamente la rodilla o sentir molestias al caminar sobre superficies irregulares. En algunos casos, el engrosamiento de los ligamentos puede contribuir a la luxación rotuliana o al dolor crónico.
Tratamiento y manejo Concéntrese en reducir la inflamación y mantener la flexibilidad articular. La terapia con láser frío, el ejercicio controlado y los suplementos articulares (como la glucosamina y la condroitina) pueden ayudar a mantener la salud de los ligamentos.
En casos graves donde el engrosamiento causa problemas funcionales, puede ser necesaria fisioterapia, antiinflamatorios o, en raras ocasiones, cirugía. Reanudar gradualmente la actividad física y evitar ejercicios de alto impacto puede ayudar a minimizar la tensión en el ligamento.
13. Lesión o desgarro de menisco
El menisco Es una estructura cartilaginosa que amortigua la articulación de la rodilla. Si bien la cirugía de TPLO estabiliza la rodilla, no elimina el riesgo de... lesiones de menisco. A veces, la inestabilidad o el estrés remanente de los implantes pueden provocar que el menisco se desgaste o se desgarre.
Síntomas de daño meniscal incluyen un chasquido o chasquido al moverse, cojera ocasional o constante, reticencia a usar la pata afectada y molestias al doblar la rodilla. Algunos perros pueden experimentar más dolor repentinamente tras mostrar signos iniciales de recuperación.
Opciones de tratamiento Depende de la gravedad del desgarro. Los casos leves pueden tratarse con analgésicos, suplementos articulares y ejercicio controlado. Sin embargo, si un desgarro de menisco causa dolor e inestabilidad persistentes, suele ser necesaria la cirugía.
Esto puede implicar una meniscectomía parcial, donde se extirpa la parte dañada, o una reparación meniscal si se puede salvar el cartílago. El tratamiento a largo plazo incluye control de peso, ejercicio de bajo impacto y terapias de protección articular para reducir la tensión en la rodilla.
14. Cojera persistente o recurrente
Si bien se espera una cojera temporal durante la recuperación de TPLO, cojera persistente o recurrente Meses o años después de la cirugía, se observa un problema subyacente. Algunos perros pueden recuperar la función inicialmente, pero luego experimentan reveses.
Cuándo la cojera es normal vs. una complicación La rigidez leve tras largos periodos de descanso o en climas fríos es común en perros con TPLO, especialmente a medida que envejecen. Sin embargo, la cojera continua, el uso de una pata o el deterioro de la movilidad sugieren una complicación como problemas con el implante, daño nervioso o enfermedad articular progresiva.
Causas comunes Entre las posibles causas de esta debilidad se incluyen el aflojamiento del implante, la irritación nerviosa, la artritis o problemas articulares secundarios, como la luxación rotuliana o la lesión de menisco. Una rehabilitación postoperatoria inadecuada también puede provocar debilidad muscular, lo que provoca una distribución desigual del peso.
Opciones de rehabilitación Se centran en la hidroterapia, la fisioterapia y el alivio del dolor mediante AINE o suplementos para las articulaciones. El control del peso es crucial para reducir la tensión en la rodilla. En casos graves, pueden ser necesarias opciones avanzadas para el manejo del dolor, como la terapia con plasma rico en plaquetas (PRP), la acupuntura o incluso una revisión quirúrgica.
15. Desarrollo de artritis después de la cirugía
Incluso después de una exitosa cirugía TPLO, Algunos perros desarrollan artritis. Con el tiempo, debido al desgaste articular. Si bien la TPLO mejora la estabilidad de la rodilla, no previene la enfermedad articular degenerativa (EAD), especialmente en perros mayores o con lesiones previas.
¿Por qué se desarrolla la artritis? La inflamación crónica, el estrés articular continuo o pequeñas imperfecciones en la consolidación ósea pueden provocar la degradación del cartílago. Los perros con daño previo del ligamento coclear (LCC), obesidad o marcha irregular presentan un mayor riesgo.
Síntomas Incluyen rigidez articular, dificultad para levantarse, reticencia a moverse, cojera e hinchazón alrededor de la rodilla. Los perros pueden tener dificultades para subir escaleras, dudar antes de saltar o sentir molestias después del ejercicio. Los síntomas suelen empeorar con el frío o tras largos periodos de inactividad.
Gestión a largo plazoSe centra en el control del peso y los suplementos para las articulaciones (glucosamina, condroitina, omega-3), tratamientos antiinflamatorios (AINE, inyecciones de corticosteroides) y fisioterapia. Las actividades de bajo impacto, como la natación o las caminatas controladas, pueden mantener la fuerza muscular y reducir la tensión articular.
En casos avanzados, las terapias regenerativas, como el tratamiento con células madre o las inyecciones de PRP, pueden brindar alivio. El manejo proactivo de la artritis ayuda a mantener la movilidad y la calidad de vida durante años después de la cirugía.
Cómo reducir el riesgo de complicaciones de la TPLO
Minimizar las complicaciones después de la cirugía TPLO requiere cuidados posoperatorios estrictos, un manejo adecuado de la herida y una rehabilitación continua.
Seguir las instrucciones veterinarias y garantizar un entorno de recuperación controlado mejoran significativamente los resultados quirúrgicos.
Cuidados postoperatorios estrictos
Un cuidado postoperatorio estricto es esencial para prevenir el fracaso del implante, las infecciones y el retraso en la cicatrización. Los perros deben tener movimientos limitados durante las primeras semanas, evitando correr, saltar o movimientos bruscos que puedan forzar la zona quirúrgica. Una jaula o un espacio reducido garantiza un descanso controlado, mientras que los paseos con correa permiten una reincorporación gradual a la actividad.
Cuidado e higiene adecuados de las heridas
El cuidado y la higiene adecuados de las heridas reducen el riesgo de infección. La incisión quirúrgica debe revisarse diariamente para detectar enrojecimiento, inflamación o supuración. El uso de antisépticos recomendados por veterinarios y la prevención del lamido (mediante un collar isabelino) son fundamentales para evitar la contaminación.
Muchos cirujanos utilizan ahora Lavado Simini Protect, un lavado quirúrgico sin antibióticos, para reducir la contaminación bacteriana y la formación de biopelículas, disminuyendo el riesgo de infecciones posquirúrgicas.
Rehabilitación y fisioterapia
Un documento bien estructurado plan de rehabilitación Es esencial para restaurar la movilidad, la fuerza muscular y la flexibilidad articular tras la cirugía de TPLO. La intervención temprana ayuda a prevenir la rigidez, la atrofia muscular y los problemas de movilidad a largo plazo.
Hidroterapia (Cinta de correr subacuática o natación) proporciona ejercicio de bajo impacto, reduciendo la tensión en las articulaciones en proceso de curación y fortaleciendo los músculos. Los ejercicios pasivos de rango de movimiento mejoran la flexibilidad, mientras que las actividades controladas con carga de peso ayudan a recuperar la fuerza sin sobrecargar la zona quirúrgica.
La rehabilitación también incluye ejercicios de equilibrio, terapia con láser frío y masajes, que favorecen la circulación y reducen las molestias posoperatorias. Un veterinario o un especialista en rehabilitación canina puede crear un plan de recuperación personalizado para garantizar una curación óptima y una salud articular a largo plazo.
Por último, la detección temprana mejora la recuperación. Estar atento a la cojera, la hinchazón excesiva o los cambios de comportamiento ayuda a identificar los problemas antes de que empeoren.
Cuándo llamar a su veterinario
Reconocer cuándo buscar atención veterinaria es crucial para prevenir complicaciones graves de TPLO. Señales de emergencia que requieren atención inmediata incluyen sangrado excesivo, hinchazón severa, dolor continuo, fiebre, una incisión abierta o una incapacidad repentina para soportar peso en la pierna operada.
Síntomas leves Si experimenta síntomas como una ligera hinchazón, cojera ocasional o una pequeña supuración de la herida, debe revisarse si persisten o empeoran. Un retraso en la cicatrización o cambios en el comportamiento pueden indicar un problema subyacente.
Controles postoperatorios regulares Son importantes para supervisar la consolidación ósea, la estabilidad del implante y la función articular. La intervención temprana ayuda a prevenir complicaciones, asegurando una recuperación sin contratiempos y exitosa para su perro.
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Conclusión
La cirugía TPLO es muy eficaz para estabilizar la rodilla de un perro, pero pueden surgir complicaciones si no se proporciona el cuidado posoperatorio adecuado. Comprender los posibles riesgos y tomar medidas preventivas puede garantizar una recuperación más fluida.
- Cuidados postoperatorios estrictos – Limitar el movimiento, usar un collar isabelino y seguir las instrucciones del veterinario ayudan a prevenir fallas del implante e infecciones.
- Higiene adecuada de las heridas – Mantener la incisión limpia y vigilar si hay enrojecimiento, hinchazón o secreción reduce los riesgos de infección.
- Detección temprana de complicaciones – Signos como cojera persistente, fiebre o hinchazón deben dar lugar a una evaluación veterinaria inmediata.
- Rehabilitación y fisioterapia – La hidroterapia y los ejercicios controlados ayudan a la recuperación muscular y la flexibilidad de las articulaciones.
- Chequeos veterinarios regulares – Los seguimientos de rutina garantizan la curación ósea adecuada, la estabilidad del implante y el manejo temprano de las complicaciones.
- Utilizando soluciones quirúrgicas avanzadas – Muchos cirujanos utilizan Simini Protect Lavage para reducir los riesgos de infección y mejorar los resultados posquirúrgicos.
- Manejo de la salud articular a largo plazo – El control de peso, los suplementos para las articulaciones y las estrategias de prevención de la artritis mejoran la movilidad y la calidad de vida.
Al mantenerse proactivo y trabajar en estrecha colaboración con su veterinario, puede minimizar las complicaciones y apoyar la recuperación completa de su perro después de la cirugía TPLO.
Preguntas frecuentes
¿Cuáles son las complicaciones a largo plazo de la cirugía TPLO?
Complicaciones a largo plazo Puede incluir luxación rotuliana, artritis, fallo de implante, lesiones de menisco y cojera persistente. Algunos perros pueden desarrollar engrosamiento del ligamento rotuliano o problemas de movilidad relacionados con los nervios. Si bien muchos perros se recuperan bien, mantener la salud articular, controlar el peso y realizar revisiones veterinarias regulares ayuda a minimizar los riesgos a largo plazo.
¿Qué tener en cuenta después de la cirugía TPLO?
Vigile si hay hinchazón, enrojecimiento, secreción, dolor excesivo, fiebre o cojera repentina. Los signos de complicaciones incluyen cojera persistente, infección de la herida, retraso en la cicatrización o problemas con el implante. Si el perro se niega a soportar peso o muestra un aumento de las molestias con el tiempo, es necesaria una evaluación veterinaria para descartar problemas posquirúrgicos graves.
¿Cuales son los errores de TPLO?
Los errores comunes incluyen permitir demasiada actividad demasiado pronto, descuidar el cuidado de la herida, no usar un collar isabelino, faltar a las visitas de seguimiento y una rehabilitación inadecuada. No restringir el movimiento puede provocar el fracaso del implante, un retraso en la consolidación ósea o una nueva lesión. El estricto cumplimiento de los cuidados postoperatorios reduce estos riesgos.
¿Cuál es la tasa de complicaciones de la TPLO?
La tasa general de complicaciones de la cirugía TPLO oscila entre el 10 % y el 34 %, y la mayoría son problemas menores, como inflamación o infecciones leves. Las complicaciones graves, como el fallo del implante, las fracturas o la osteomielitis (infección ósea), se presentan en un porcentaje menor de casos. Un cuidado postoperatorio adecuado reduce significativamente el riesgo de complicaciones.
¿Los perros se recuperan completamente de la cirugía TPLO?
La mayoría de los perros se recuperan completamente en un plazo de 12 a 16 semanas y recuperan su movilidad normal. Con una rehabilitación adecuada, pueden retomar un estilo de vida activo, incluyendo correr y jugar. Sin embargo, algunos pueden desarrollar rigidez leve o artritis más adelante. El ejercicio regular, el control de peso y los suplementos para las articulaciones ayudan a mantener la salud articular a largo plazo.
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